Por Bertha Angelines Guerrero Argüello
La Educación Ambiental, como una asignatura de estudio en el nivel secundaria (para alumnos de entre 12 y 15 años de edad) en Veracruz, México, hasta el ciclo escolar 2017-2018, es parte de los planes y programas de estudio de manera oficial, en su modalidad de Asignatura Estatal, la “Educación Ambiental para la Sustentabilidad en el Estado”, buscaba desarrollar en el alumnado la formación en valores para la sustentabilidad.
Como docente frente a grupo en la Escuela Técnica Industrial número 72, de la ciudad de Xalapa, Veracruz, impartiendo dicha Asignatura Estatal, fui parte de proyectos relevantes durante tres años consecutivos, convocados por el Fairchild Challenge del Jardín Botánico “Francisco Javier Clavijero”, desarrollado en el Instituto de Ecología, A.C. de esa misma ciudad.
En el ciclo escolar 2017-2018 realizamos el desafío llamado “Flores Comestibles” decidimos sembrar en los alumnos una semilla, recuperando la herencia de una alimentación ancestral, germinando en el aprendizaje del ciclo de vida de una planta y los cuidados que deben tenerse, floreciendo en la satisfacción de cosechar una flor de calabaza o hacer una mermelada de pétalos de rosa; estas acciones dejaron huella y ahora son parte de las raíces de un presente que pueden ser un árbol futuro de proyectos de vida. |
Con la Reforma Educativa reciente en México el Modelo Educativo plantea una educación humanista, y además, dentro de la Autonomía Curricular, integra temas de Educación Ambiental a trabajarse como clubes, los cuales pueden ser trabajados en cada escuela de acuerdo a lo que decida el colectivo docente, los resultados de las evaluaciones internas y externas, las condiciones del rendimiento escolar y a los intereses del alumnado, y es en este último que se presenta el mayor reto a vencer: ¿cómo lograremos los docentes, que el adolescente “cibernético” de esta sociedad consumista, se interese por pertenecer a un club sobre huertos escolares, o cualquier otro relacionado con el tema, y además traslade esta educación ambiental como parte de sus hábitos, de su plan de vida y que sea parte de ese desarrollo sustentable que se requiere para subsistir?
Durante el Foro Caminando entre la Ciencia, realizado en junio de 2018, el Dr. Miguel Rubio Godoy, Director del Instituto de Ecología, A.C. de la ciudad de Xalapa, Veracruz comentó que “el ser humano es un bicho más en este mundo, pero es el peor de los bichos porque es el que destruye la naturaleza”. Analizando lo anterior, creo necesario vincular lo humanista con lo ambientalista, ya que para que el ser humano subsista requiere un ambiente óptimo; y aunado a esto, hay que recordarle que es él mismo quien está acabando con todo lo que le rodea. Fomentar una conciencia ecológica es prioridad para lograr que como humanidad podamos identificar problemas ambientales y ejecutar soluciones.
La Educación Ambiental, desde mi punto de vista, debe ser un proceso continuo y desarrollarse desde la niñez; es tan importante como saber leer y escribir, tan necesaria como las matemáticas, la historia, la ética y tan urgente como el hecho de que el adolescente, que cursa el nivel secundaria, comprenda la esencia de “ser humano” en la sociedad, con igualdad, desarrollando su potencial cognitivo, físico, social y afectivo, como lo marca el Modelo Educativo para la Educación Obligatoria para México.
Bertha Angelines Guerrero Argüello
Docente frente a grupo en la Escuela Secundaria Técnica Industrial número 72, de la ciudad de Xalapa, Veracruz, en la Asignatura Estatal