Reflexionar sobre la identidad y la práctica docente

Reflexionar sobre la identidad y la práctica docente

Por el LE José Alfredo Del Moral García

La identidad docente se construye profundamente desde el trabajo de los profesores, la imagen que proyectan así como la valoración que la sociedad hace de su tarea. En palabras de Kenneth M. Zeichner (2014), con relación al trabajo en el aula, “la identidad profesional se alcanza tras consolidar un repertorio pedagógico y tras un período de especialización, en el que el profesor tiene que volver a estudiar temas y estrategias de clase, ahora desde el punto de vista del profesor práctico, y no del estudiante que se prepara para ser docente.”

La identidad docente se conforma del conjunto de características que distinguen o afectan dentro del entorno en el que se desarrolla la práctica educativa, esto se refiere a variantes como son los cambios políticos, sociales y económicos que van afectando a la comunidad educativa.

Esteve (2006, p. 4) plantea que los profundos procesos de cambio social registrados en los últimos treinta años y la enorme transformación de nuestros sistemas educativos han planteado problemas nuevos que no se han podido asimilar.  En México, el desconcierto provocado, los inexistentes, interrumpidos o deficientes procesos de formación profesional continua para afrontar los nuevos retos, sumados al intento de algunos docentes por mantener las rutinas y prácticas tradicionales, ha llevado a la crítica social generalizada hacia los profesores señalando que éstos “hacen mal su trabajo”, atribuyéndose en ocasiones la total responsabilidad de las fallas en los procesos y resultados del sistema educativo.

Si con estas características se define al maestro se tiene una visión parcial de la identidad docente.  Cada profesor tiene que aplicar diversas técnicas para desarrollar su trabajo de forma adecuada en entornos diferenciados, no se puede enseñar de la misma manera a niños los cuales pertenecen a entornos diferentes, ya que su manera de concebir al mundo es muy diferente y su capacidad de análisis y reflexión puede variar.

Si se quiere formar parte de un proceso de construcción de la identidad docente, Bazán y González (2007, p. 83) consideran que “en esta reflexividad, se suscitan procesos en los cuales es preciso formular juicios de manera fundada, razonar coherentemente, pensar críticamente, elaborar argumentos consistentes y, por supuesto, razonar y actuar con creatividad”.

Para determinar la identidad docente se debe contemplar la labor de enseñanza, cuya función prioritaria es acercar al estudiante a la recepción de un saber ajeno con ayuda de saberes previos, presentando un producto acabado, organizado y listo para ser almacenado en su memoria y recuperado ante la prueba de evaluación dentro del aula como en la vida misma.  Andrade, C. (2003) señala al respecto que “en relación con el qué-hacer, el docente debe posibilitar la aplicación de estrategias cognitivas, a partir del uso responsable y eficiente de las teorías, conceptos y tecnologías que respondan a las exigencias del contexto sociocultural y a los avances científicos.”

Cuando hablamos del trabajo docente propongo que como educadores tengamos una mirada  al interior de cada uno, convencidos de saber escuchar, observar, sentir, conocer, comprender y aún más apreciar nuestro propio ser, para poder hacer lo mismo con el entorno cultural. Cito aquella frase “ama a tu prójimo como a ti mismo” para señalar que si no nos conocemos o entendemos, no podemos conocer a nuestros semejantes y mucho menos podremos llegar a amarlos.

El trabajo docente se concreta en las acciones pedagógicas que se efectúan entre maestros y discípulos, en donde su característica primordial es la expresión de cualidades únicas, reforzada dentro y fuera de la institución. En este sentido hago referencia al riesgo que en cada relación (maestro-alumno) se debe explorar, construyendo una misión y visión compartida, para la mejora y reconstrucción de su identidad personal-social dentro de sus respectivas culturas.

La labor del maestro no culmina en la escuela, sino que llega a casa, en la preparación y planeación para el día siguiente. Construir la identidad del docente debería considerar que éste fuera de clase comienza con la búsqueda de información que debe promover, analizar el plan y programas vigente, organizar y tener disponible el material para la ejecución, investigar, publicar, leer, reconstruirse y procurar una formación profesional continua, dejando a veces de lado una vida socio – familiar, a favor de su labor; además cada docente piensa cómo despertar y mantener el interés del grupo, conformado de alumnos que viven en situaciones y contextos diferentes.  ¿Realmente esta labor de alguna forma o con alguna cantidad se remunera justamente?  ¿Al menos es justa la identidad docente que se tiene en la actualidad?

A mi manera de ir concluyendo, se puede decir que la construcción de la identidad docente pasa a poner la mirada también por fuera de la institución educativa, ya que el docente tiene en cuenta los elementos contextuales que condicionan su labor educativa, las influencias del contexto institucional en el que se sitúa, es decir, la idiosincrasia de cada organización educativa: la cultura profesional, el estilo comunicativo y relacional que existe, la normatividad, los valores éticos y axiológicos, dentro y fuera de cada institución.

Estamos sumergidos en la desconstrucción de una identidad y de un quehacer en la praxis docente, gracias a un sistema en el que carece de organización, autoridad y ha padecido dolores en su estructura interna, disimulando por diversos medios una campaña de desprestigio hacia la labor docente, una labor que debería ser identificada como una que se lleva a cabo los 365 días del año, que se realiza con dedicación y esfuerzo en todos los niveles y sistemas, pues al fin y acabo esa es la tarea con la que el docente debe llegar a identificarse.

Bibliografía

  • Bazán, Domingo, González, Loreto (2007)  Autonomía profesional y Reflexión del Docente: Una Resignificación Desde la Mirada Crítica.
  • Kenneth M. Zeichner (2014). El maestro como profesional reflexivo.
  • Esteve, J. 2006. Identidad y desafíos de la condición docente.
  • Ty – Jour AU- Andrade C., Martha Cecilia AU – Muñoz Dagua, ClarenaTI – ¿Perfil o rostro para el docente?
Profr. José Alfredo Del Moral García
Pseudónimo. Sajorin del Monte.  Licenciado en Educación Primaria.  Presidente del Comité de Defensa de Nuestro medio ambiente urbano y rural, Abraham Delfino Contreras García, Colaborador en Diario “Ya basta”, Diario Horizonte (Veracruz), co-fundador de la Asociación de Escritores y Periodistas en el Estado de Veracruz (AEPEVAC), Esfuerzos Enlazados A.C. y Centro Comunitario para el Desarrollo de la Cultura Integral, Encargado dentro de las Asociaciones de Proyectos Productivos, Autónomos,  Gestión y difusión, Asociado en Desarrollo Autónomo de los Pueblos de México, A.C., Área Académica: Antropólogo social y UPV Centro Xalapa.

 

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